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Dislexia: dificultad en la lectura (1/2)

La dislexia es un trastorno específico del aprendizaje de origen neurobiológico, que se caracteriza por una dificultad significativa en el proceso de adquisición de la lectura que persiste en el tiempo, en ausencia de otras alteraciones que pudieran justificar esta dificultad.  Así pues, se da en niños y niñas con un desarrollo intelectual normal, un buen nivel motivacional hacia la tarea, sin trastornos neurológicos, visuales o auditivos, ni vulnerabilidad socio afectiva, y que reciben una adecuada instrucción escolar. 

    dislexia dificultades en la lectura y la escritura

    La dislexia es, además, uno de los trastornos de aprendizaje más frecuentes y más estudiados. Se estima que, a nivel mundial, su prevalencia en población infantil se encuentra entre el 5 y el 17%, afectando por igual a niñas que a niños.

    La dislexia se incluye dentro de los trastornos de neurodesarrollo, puesto que tiene su origen en una alteración en el desarrollo y maduración neurológica. Así pues, no es una enfermedad, no se cura, y estará presente a lo largo de todo el ciclo vital, aunque la forma en que se exprese irá variando.  Una intervención precoz y de calidad será decisiva para minimizar sus repercusiones en el futuro.

    Una de las teorías explicativas de la dislexia con más peso, sostiene que en la dislexia se da un trastorno a nivel fonológico, con dificultades para procesar los rasgos que distinguen a cada uno de los fonemas, dificultando a su vez que se creen representaciones fonológicas estables que puedan ser activadas con rapidez, y más adelante, relacionarlas correctamente con sus letras correspondientes. 

    Se ha observado que los niños con dislexia presentan dificultades en la consciencia fonológica, que es la habilidad lingüística para percibir, identificar y manipular los sonidos que componen las palabras, básica para realizar los procesos de análisis y síntesis propios de la lectoescritura. Esta habilidad lingüística es un prerrequisito para el aprendizaje lector, y permitirá la posterior relación de cada sonido con su grafía correspondiente, y su combinación para formar palabras. Cuando aprenden a leer, los niños aprenden primero a relacionar cada sonido con su grafía, para pasar posteriormente a realizar una lectura mediante la ruta fonológica, en la que se percibe la letra a nivel visual, y de ahí, se relaciona con su sonido. Es una lectura lenta y laboriosa, que requiere mucha atención, y que se va automatizando con la práctica lectora, permitiendo que se vaya creando un vocabulario lector, hasta activar la llamada ruta léxica, mediante la cual se analiza la palabra entera, a nivel global. Esta ruta es la que nos permite leer de una manera rápida.

    La dislexia afecta especialmente a la capacidad para descodificar o reconocer las palabras de manera correcta, interfiriendo en la automatización de la lectura, y dando como resultado una lectura lenta, poco fluida, con esfuerzo, y con muchos errores. Estas dificultades  se traducen, a su vez en un bajo nivel de comprensión de aquello que se está leyendo.

    Además de estos problemas específicos con el aprendizaje de la lectura, los niños con dislexia pueden presentar dificultades en otras áreas, como en el lenguaje escrito, con dificultades ortográficas, grafomotoras y de coordinación, en la velocidad para denominar,  para aprender series automáticas (como los números, los días de la semana, los meses del año, o las tablas de multiplicar), así como en el cálculo y el razonamiento matemático.

    Este conjunto de dificultades incidirán de manera significativa en el rendimiento académico del niño, estando en  estrecha relación con el fracaso escolar.

    Como consecuencia, los niños con dislexia pueden presentar trastornos emocionales, como una autoestima baja, estrés, ansiedad o depresión.

    Bases neurobiológicas

    Diversos estudios genéticos han identificado algunos cromosomas y genes implicados en la aparición de la dislexia, confirmando que se trata de un trastorno con base genética, con una importante carga hereditaria: existe una correlación de entre el 25 y el 65% entre padres e hijos, y del 40% entre hermanos.

    A nivel neurobiológico, los estudios con neuroimagen han hallado diferencias en la activación cerebral al leer entre lectores y personas disléxicas, y apuntan como causa de la dislexia a la desconexión de las áreas cerebrales implicadas en la lectura (área temporoparietooccipital),  con la disminución de la activación del giro angular.

    Por otro lado, también se han detectado diferencias anatómicas en el cerebro de las personas disléxicas en comparación con los lectores hábiles. Entre otras, se ha observado que el área de Wernicke, en el plano temporal del lóbulo temporal izquierdo, que está implicada en la comprensión del lenguaje y el procesamiento fonológico, es mayor en normolectores, mientras que los disléxicos presentan mayor simetría cerebral, o incluso un mayor tamaño en el plano temporal del lóbulo temporal derecho. También se han encontrado migraciones celulares que afectan a distintas áreas del cerebro directamente relacionadas con el lenguaje (área de Broca, región subcentral, lóbulo parietal, giro angular y supraangular, área de Wernicke, región temporal occipital izquierda). Asimismo, se han observado alteraciones anatómicas y funcionales en el cerebelo, implicado en el control motor, en el aprendizaje y en la automatización, que correlacionan con un menor rendimiento en tareas que implican al cerebelo observado en personas con dislexia.

    Indicadores de riesgo

    Aunque el diagnóstico de dislexia no se pueda llevar a cabo en edades precoces,  dado que hay errores y dificultades que son propias del proceso de aprendizaje y de la maduración neuropsicológica, sí que es importante tener en cuenta algunos indicadores sugestivos de que nos podemos encontrar frente a una dificultad específica, para poder realizar una detección e intervención precoces que minimicen las repercusiones en el rendimiento académico y emocional de los niños.

    El Col·legi de Logopedes de Catalunya (2012) recoge los siguientes indicadores de alto riesgo en sus Protocolos de Detección y Actuación en la Dislexia en el Ámbito Educativo:

    Educación infantil (finales de EI 5)

    • Dificultades en la consciencia fonológica, especialmente en: clasificar palabras según su sonido inicial, medial o final, componer y descomponer palabras en los sonidos que los forman, añadir o eliminar un sonido en una palabra para formar otra, identificar rimas.
    • Dificultades para encontrar la palabra que quiere decir.
    • Dificultades para nombrar con rapidez colores, imágenes, objetos, etc.

    Ciclo inicial de educación primaria (1º y 2º)

    • Dificultades de acceso al léxico.
    • Dificultades en la consciencia fonológica: poca habilidad para sustituir, eliminar o combinar los sonidos de las palabras para formar otras. Dificultades para letrear palabras.
    • Dificultades para asociar cada letra con su sonido.
    • Mayor  número de errores de ortografía natural en comparación  con el grupo-clase.
    • Dificultades para memorizar secuencias verbales: días de la semana, meses del año, abecedario, etc.

    En segundo grado de primaria se valorarán como significativas:

    • Lectura muy lenta y forzada
    • Numerosos errores en la lectura: omisiones, sustituciones, adiciones, inversiones.

    Ciclo medio de educación primaria (3º y 4º)

    • Dificultades para acceder a las palabras que quiere decir.
    • Errores en la denominación.
    • Numerosos errores en la lectura, en forma de: omisiones, sustituciones, adiciones, e inversiones.
    • Baja fluidez lectora, en comparación con el resto de clase.
    • Dificultades en la comprensión lectora debidas a las dificultades de descodificación.
    • Mayor número de errores de ortografía natural y arbitraria,  en comparación con el resto de la clase.
    • Dificultades para organizar y estructurar sus ideas y conocimientos por escrito.
    • Dificultades en el aprendizaje de lenguas extranjeras.
    • Errores en operaciones de cálculo escrito.
    • Dificultades en el aprendizaje de las series verbales automáticas (días de la semana, meses del año, estaciones, abecedario).
    • Rendimiento bajo en la resolución de problemas matemáticos escritos, errores en operaciones de cálculo escrito, y dificultades en el aprendizaje de las tablas de multiplicar.

    Ciclo superior de educación primaria (4º y 5º)

    • Dificultades en el acceso al léxico.
    • Lectura lenta y poco automatizada.
    • Comete numerosos errores ortográficos.
    • Dificultades en la comprensión lectora.
    • Dificultades para organizar, estructurar y exponer ideas por escrito.
    • No automatización de las tablas de multiplicar
    • Dificultades en las lenguas extranjeras.

    Educació secundaria (ESO)

    • Discrepancia significativa entre el rendimiento oral y escrito, y entre la comprensión lectora y oral.
    • Dificultades de acceso al léxico.
    • Dificultades para sintetizar lo que quiere expresar.
    • Lectura lenta y poco eficaz para el estudio.
    • Dificultades en la lectura de palabras de uso poco frecuente.
    • Dificultades de comprensión lectora.
    • Errores ortográficos propios de etapas muy anteriores.
    • Dificultades en la planificación y redacción textual.
    • Poca capacidad de autocorrección en la escritura.

    Ciclos formativos y bachillerato

    • Discrepancia significativa entre el trabajo oral y escrito, y entre la comprensión oral y escrita.
    • Errores de ortografía por no aplicar las normas que conoce.
    • Dificultades en la expresión escrita, con textos mal organizados, con poca coherencia y mal cohesionados.
    • Dificultades en el aprendizaje de lenguas extranjeras.
    • Toma apuntes breves, simples y con poco contenido.
    • No hay correlación entre el rendimiento académico y sus capacidades.

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    Fuente

    Bibliografía

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