Medicina personalizada para tratar el ictus

Cada año miles de familias sufren las consecuencias de un ictus en sus vidas. Cada seis minutos se produce un ictus en España, siendo la causa de una de cada diez muertes. Se estima que el 21 % de las personas mayores de 60 años presenta un alto riesgo de sufrir un ictus en los próximos diez años y que, en los próximos quince años, el envejecimiento de la población motivará un incremento absoluto del 30 % en el número de personas que sufra un primer ictus. Cada año se detectan en España 120.000 casos y se producen 40.000 fallecimientos (en Europa mueren 650.000 personas anualmente por esta causa).

El ictus, también conocido como accidente cerebrovascular, ataque o derrame cerebral, tiene lugar cuando un vaso sanguíneo que transporta oxígeno y nutrientes al cerebro se quiebra o queda bloqueado por un coágulo. Cuando esto ocurre, parte del cerebro no puede recibir la sangre y el oxígeno que necesita, por lo que da lugar a la muerte celular. La extensión y la ubicación del daño cerebral determinarán la severidad del ictus, que puede variar entre un efecto mínimo y un efecto fatal.

Entre las mujeres, el ictus es la primera causa de mortalidad, según datos del Grupo de Estudio de Enfermedades Cerebrovasculares de la Sociedad Española de Neurología (GEECV-SEN). La realidad es contundente: hasta 16.000 mujeres mueren al año por esta causa, lo que representa más del doble que por cáncer de mama y hasta 14 veces más que por accidentes de tráfico, señalan las estadísticas oficiales.

En este contexto, el Institut Guttmann ha comenzado a participar en el PRECISE4Q, un nuevo proyecto colaborativo financiado por el Programa Marco de Investigación e Innovación de la Unión Europea, el Reto “Salud, cambio demográfico y bienestar” de Horizonte 2020.